Presentado en 1953, se trataba de una evolución de un spider anterior, el Targa Florio, al cual se le añadieron un techo y una apertura en la parrilla más horizontal. Este diseño insinúa otro futuro modelo, el Sebring. Fue bautizado como Le Mans por la buena actuación de la marca en ediciones anteriores de la mítica prueba de resistencia. De hecho, tres de estos Le Mans Coupés correrían en la prueba de las 24 horas.

Según los archivos de Frazer Nash, solo se construyeron nueve, un prototipo y ocho coches de producción, entre abril de 1953 y octubre de 1956, por lo que la escasez del Frazer Nash Coupé aumenta su atractivo. Este Frazer Nash que por fin podéis disfrutar en slot se había forjado una reputación formidable, y como auto deportivo de competición demostró intransigencia, rapidez y frivolidad. Con la carrocería de techo rígido ofrece además una apariencia robusta. También fue un coche innovador y elegante, entre los más atractivos y destacados de la época más bonita del automovilismo deportivo.

En 1954, volvían a Le Mans con dos modelos coupé, dorsales #36 y #38. El primero era el mismo que corrió el año anterior, chasis 186, repintado en un elegante azul oscuro y llantas rojas. Esta espectacular decoración es la que hemos escogido como nuestra referencia CJ-56.

Los rivales de este año en la clase 1501-2000 cc. venían muy fuertes, y Bristol puso sus tres prototipos con la clara intención de ganar. Con una aerodinámica fruto de su tecnología aplicada en aviación y un infalible motor de origen BMW, coparon las tres posiciones de su categoría. El #36, combativo también, pero con menos velocidad, entró en cuarto lugar, con los Bristol ya como vencedores.

Santiago Hernando Bartra, texto extraído del folleto del CJ-56.